Crítica de ‘Locomía’

¿Conocéis la canción Loco Vox? Pues nada que ver con el partido político

Hombreras, faldas, abanicos gigantes… la imagen de los Loco mía es inolvidable, digna de haber salido en ‘El quinto elemento’, pero cayeron en el olvido, como tantos otros grupos que suenan en la radio durante una época sin parar. Yo era un preadolescente cuando tuvieron éxito, llegaron al número uno y súbitamente cayeron. No he tenido nunca curiosidad de saber qué había sido de ellos, pero lo que he descubierto con el documental que también podréis ver vosotros a partir del 22 de junio en Movistar Plus+ es mayúsculo, cargado de giros inimaginables, no le falta nada. Si hay una serie de la que es mejor que no te hagan spoilers, es esta.

Nuevo documental relacionado con la música española, con mucho más salseo, que el último estrenado por Movistar Plus+, ‘Raphaelismo’. En tres episodios dirigidos por Jorge Lapace, quien quizá os suene por ser el guionista de ‘100 días con la Tata’, nos hablan de aquel grupo que con descaro se coló en todas nuestras radios y televisores. Según ellos mismos afirman eran un grupo tan exitoso que de haber seguido hoy en día estarían en el top de la música mundial. Llegaron con una estética que rompía con lo que imperaba en España, conquistando sobre todo al público femenino. Les gustaba provocar, llamar la atención o ser el centro de atención como alguno de ellos reconoce. Con un toque muy kitsch crearon toda una tribu urbana, una marca, un modo de vida. Pero tras esa fachada habría muchos otros motivos velados y multitud de lances que os van a asombrar sin duda.

El productor de Alaska, Bosé, Carrá, Perales… José Luis Gil cogió a esos hombres de moda en Ibiza para convertirles una boy band. ‘Locomía’ es él contra Xavier Font, el cabeza del grupo que se refiere a sí mismo como patriarca, flautista de Hamelin, creador, conquistador de almas, “para celebritie yo”, “yo no me muero sin un Grammy”… Pero su propio hermano le define como “el Darth Vader de Loco mía”. Básicamente todo se resume en un duelo de prioridades, en el enfrentamiento entre un marketing totalmente desapegado de la calidad vocal o lo personal contra la libertad estética, conceptual e incluso sexual.

A través de estos capítulos les vemos como personas endiosasdas, quemadas, dolidas, arrepentidas… Pero en sus orígenes solo eran jóvenes con ganas de pasárselo bien y lucir una personalidad diferente y cohibida por las mentalidades tradicionales. Se juntaron por afinidad estética o sexual, pero cada uno descubrió con el tiempo que tenían ideas diferentes y la cosa acabó como el rosario de la aurora. Por la droga, por los conflictos amorosos, por la intervención de terceros, por las envidias, por la comercialización, debido a las limitaciones por contrato, a raíz de un rencor sin mesura… La historia es de telenovela, de esas de pasión y cuchilladas.

‘Locomía’ deja al margen los egos y la trayectoria artística, los éxitos musicales con Loco Vox o Loco mía… Eso es casi lo de menos en este documental. En el centro está la retrógrada mentalidad de España, la que existía fuera de las fronteras de la movida madrileña y que aún necesitaba una transición mayor que la de la democracia. La música sirvió una vez más como vehículo para ejercer de palanca de cambio y de apertura a una sociedad mínimamente progresista, que por fin podría sentirse Europea en casi todos los sentidos.

Todos tenemos en mente un grupo de cuatro integrantes pero por la formación llegaron a desfilar muchos nombres: Xavier Font, Manuel Arjona, Gard Passchier, Luis Font, Juan Antonio Fuentes, Francesc Picas, Carlos Armas o Santos Blanco López. Y eso sin contar al segundo Loco Mía. El grupo, perdón, los grupos desaparecieron y ya no los vemos en televisión ni sacan nuevos temas, eso sí, su web oficial con su tienda de merchandising sigue en activo. Parece que los Loco mía estarán algún día de nuevo en nuestras listas de Spotify, quien sabe cuáles serán sus caras.

Crítica: ‘El juicio de los 7 de Chicago’

Sinopsis

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Lo que iba a ser una protesta pacífica durante la Convención Nacional Demócrata de 1968 se convirtió en una violenta batalla campal con la Policía y la Guardia Nacional. Los organizadores de la protesta —entre los que figuraban Abbie Hoffman, Jerry Rubin, Tom Hayden y Bobby Seale— fueron acusados de conspiración para incitar una revuelta, y el juicio posterior fue uno de los más notorios de la historia de Estados Unidos.

Crítica

Sorkin dirige de nuevo y su juicio no es fallido

Aaron Sorkin siempre se las apaña para encontrar nuevos hechos reales que analizar y adaptar a la gran pantalla. En su segunda película como director vuelve a remontarnos al pasado. Títulos suyos como ‘Molly’s game’, ‘La red social’, ‘El ala oeste de la casa blanca’, ‘The newsroom’… han dejado más que demostrado que es una persona crítica y mordaz. Con ‘El juicio de los 7 de Chicago’ trae otra obra que sigue la línea de su filmografía. Es decir, a través de un tono sarcástico y un ritmo rápido juzga la condición humana, la sociedad y los estamentos.

En esta ocasión rescata de la memoria el notorio juicio celebrado a finales de los sesenta en Estados Unidos a raíz de unos altercados violentos producidos tras un intento de manifestación pacífica contra la guerra de Vietnam. Se puede resumir la película y aquello que sucedió como un enfrentamiento entre los pacifistas y el gobierno de Estados Unidos. Un juicio político.

Bien es cierto que la película empieza de una manera muy ágil, muy vivaz. Para ello se dedica a charlatanear con réplicas ingeniosas y running gags. Ese ritmo se va perdiendo muy poco a poco y si que es cierto que con el toma y daca de la sala del tribunal intenta recuperarlo pero en ningún momento vuelve a poner el pie sobre el acelerador. ‘El juicio de los 7 de Chicago’ es buena, entretiene e informa además de hacer pensar. Pero al fin y al cabo termina cumpliendo los mismos esquemas que todas las películas sobre procesos judiciales: abusos de autoridad, posicionamiento catastrófico, giro a favor de “los buenos”, nuevo revés y fallo del jurado… que obviamente no diré cuál es aunque esta sea una historia real. Lo que quiero decir es que este tipo de películas siempre se me hacen largas por cumplir patrones tan monótonos.

Si que hay que atribuirle el mérito de llevar con gracia la historia. El juicio fue bastante variopinto, un circo mediático convertido en jaula de grillos. Esto es sobre todo porque tenemos a un juez en la sala que está bastante senil. A Frank Langella le vais a coger más tirria con este magistrado que con el Skeletor que hizo en 1987. Pero también es una película sugestiva por el reparto coral que tiene y los acusados tan diversos que presenta. Y no lo digo solo por las payasadas y lucideces que puedan soltar Sacha Baron Cohen y Jeremy Stong o la sencilla simpatía de Mark Rylance. Lo digo por la identificación de facciones de izquierdas exhibida y que solo en contados momentos se manifiesta de forma explícita. En España, que en la última década hemos vivido como la izquierda se identificaba más diversa que nunca, podemos sentirnos más que identificados con el grupo de manifestantes que rema en la misma dirección, pero en distintos botes. También me ha rememorado a los tiempos del “No a la guerra”, aquellos en los que se pedía a gritos el no ir a Irak.

Obviamente esta no es una película de las mismas características que ‘Algunos hombres buenos’, aunque si consigue alejarse de cualquier polarización absoluta en las ideologías y pensamientos de sus personajes. ‘El juicio de los 7 de Chicago’ nos hace reír, recordar y pensar, no obstante habría sido más interesante si hubiese explorado más el mencionado tema de las facciones. Pero con su agilidad y su retrato de la incompetencia institucional nos cautiva. Esto último más que un pero es un aliciente que siempre nos trae de vuelta a un gran Sorkin, no el mejor pero si uno necesario.

Ficha de la película

Estreno en España: 2 de octubre de 2020 (cines). 16 de octubre de 2020 (Netflix). Título original: The trial of the Chicago 7. Duración: 129 min. País: EE.UU. Dirección: Aaron Sorkin. Guion: Aaron Sorkin. Música: Daniel Pemberton. Fotografía: Phedon Papamichael. Reparto principal: Eddie Redmayne, Sacha Baron Cohen, Joseph Gordon-Levitt, Mark Rylance, Michael Keaton, Alex Sharp, Jeremy Strong, John Carroll Lynch, Yahya Abdul-Mateen II, Ben Shenkman, J.C. MacKenzie, Frank Langella, Noah Robbins, Danny Flaherty, John Doman, Kelvin Harrison Jr., Caitlin Fitzgerald, Max Adler. Producción: DreamWorks, Amblin, CAA Media Fiance, Cross Creek Pictures, Double Infinity Productions, MadRiver Pictures, Marc Platt Productions, Paramount Pictures, Reliance Entertainment, Rocket Science, ShivHans Pictures. Distribución: Netflix. Género: drama, hechos reales. Web oficial: https://www.netflix.com/title/81043755

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