Crítica de ‘De yakuza a amo de casa’

Una gilipollez letalmente graciosa

Tatsu el Dragón Inmortal es un exyakuza que pasa sus días como amo de casa, es el jodido jefe de su hogar, así, tan mal como suena. Sin dejar sus maneras chungas de comportarse o su lenguaje, Tatsu aplica los códigos de la yakuza a su nueva vida cotidiana y de pareja donde el gato ocupa el tercer puesto en su jerarquía. Le queda muy cuco el mandil con su ropa negra de mafioso.

Esta serie es cachondísima. Es hilarante ese tono fatal de matón hablando de cosas hogareñas como preparar la fiambrera de la comida, las instrucciones para hacer bricolaje, el poner en marcha la aspiradora automática, ir a comprar el merchandising de las ‘Policías brujitas’ para su novia… Suena ridículo pero él se lo toma todo como una misión a superar, es como si todo fuesen negocios, nada personal. Recuerda a Robert de Niro en ‘Una terapia peligrosa’. Da la impresión de que esto lo ha hecho algún seguidor de la trilogía ‘Outrage’ de Takeshi Kitano con el cerebro frito de ver ‘Bobobo’.

Desde el 9 de abril podéis ver en Netflix esta miniserie sobre este temido mafioso que dedica su día a día a cocinar (divinamente), a hacer fotos a sus platos y a descubrir cosas como las clases gratis de yoga. ¿Qué se quiere comprar un coche con su novia? Pues mira si en el maletero entra un cadáver o si el cristal es a prueba de balas. ¿Qué le visita un comercial de cuchillos? Lo primero, eso no son cubiertos, los llama armas y por supuesto los maneja con la maestría de un asesino ninja. ¿Qué hay rebajas? Pues le toca hacer un mercadillo callejero con las compras compulsivas que ha hecho.

Las confusiones con la jerga están servidas. Para él los perros es la policía y cantar es chivarse. Esta es una serie llena de malentendidos y momentos épico-cotidianos. No es raro que se confunda la salsa de tomate con sangre o que una cucaracha en el salón sea vista como un rival en territorio prohibido.

‘De yakuza a amo de casa’ consta de 5 episodios cortos de unos 20 minutos que se dividen a su vez en otros más pequeños, en unos 6 por capítulo. Realmente lo que hace la serie es juntar las tiras cómicas lanzadas en la revista Kurage Bunch. Una obra de Kōsuke Ōno que posteriormente ha sido recopilada en tomos manga y que en España edita Ivrea.

Se nota que ya estamos recuperando el funcionamiento de la industria pues la serie está estupendamente doblada al castellano. Gran trabajo en versión doblada por parte de Marc Zanni, Irene Mirás, Nerea Alfonso, Luis Gustems… Un síntoma contrario, quizá de ahorro de recursos, podría ser la animación de la serie que no es nada del otro mundo. Peca de falta de dinamismo, de hecho tiene muchos cortes o saltos en los movimientos de los personajes. Eso no le aporta mucha agilidad al estilo visual pero la serie es tan viñetera que no le hace falta, no pierde continuidad en sus escenas.

‘De yakuza a amo de casa’ no tiene desperdicio, ni siquiera los sketches del gato Gin. Los quehaceres caseros son mucho más épicos desde el punto de vista de un yakuza. No voy a extenderme más con mis comentarios, que al final vais a tardar más en leer la crítica que en ver la serie. Vedla ahora mismo u os bajaré puestos en la jerarquía del fan del anime. Yo mientras me voy a buscar la serie de acción real que se llama igual que el manga, Gokushufudo.

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