La noche más larga

Crítica: ‘La noche más larga’


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Buscando una nueva casa de papel han conseguido un remake, del remake, del remake…

Esta nueva producción española llamada ‘La noche más larga’ se define como una miniserie, por tener solo seis episodios, pero no podemos considerarla como tal pues la trama no se cierra en esos seis capítulos. Es un duelo de bandos en una prisión que queda abierto para segunda temporada. Netflix lanzará esta primera temporada el 8 de julio y ni la plataforma ni los showrunners lo reconocerán nunca, pero este es un clarísimo caso de intentar crear un nuevo fenómeno como el de ‘La casa de papel’, pero les ha salido una versión estirada de ‘Asalto al distrito 13’.

La noche más larga‘Asalto al distrito 13′ es una película de 2005 que versionaba un filme de 1976 llamado ‘Asalto a la comisaría del distrito 13′, dirigido nada más y nada menos que por John Carpenter. Ese título a su vez provenía de un clásico de Hawks, ‘Río Bravo’ que el propio cineasta ya se encargó de repetir con algunos cambios en ‘El Dorado’. Los guisonistas Guionista Xosé Morais y Victoriano Sierra Ferreiro, autores de ‘Néboa’, calcan la fórmula y ya pueden innovar para la segunda parte, porque esta ni destaca entre tanto remake ni se ha distanciado lo suficiente con la obra de Álex Pina como para resultar fresca.

En ‘La noche más larga’ un asesino en serie famoso, perteneciente a una organización, no se resiste a su detención y va a la cárcel. El arresto de “El Caimán”, que así se llama, pone en jaque a ciertas personas y hace que se ejecute un plan. Comienza así un thriller que transcurre en una noche, la de Navidad. En medio de este conflicto está el director que estaba a punto de celebrar la nochebuena con sus hijos. Lo que parece iba a convertirse en una versión española de ‘Jungla de cristal’ sigue el mismísimo esquema de los remakes que he comentado. Si tenemos en cuenta que a lo ya contado le sumamos la típica tensión entre internos y funcionarios y además componentes externos interesados en el recién apresado vemos que esto es muy similar a la película de Jean-François Richet o Carpenter. Incluso mantiene el dilema para el protagonista que se ve dividido por una doble moral, por lo personal y lo profesional, por el valor de una vida u otra.

El director Oscar Pedraza (‘Sky rojo’, ‘Patria’) se mueve bien por los escenarios recreados para dar vida a la Prisión Psiquiátrica Monte Baruca. La historia refleja bien la presión del protagonista que tiene que dirigir un manicomio y además cuidar a sus hijos en Navidad durante de la vorágine que se genera. Esta es una situación de esas de planes rotos, de improvisaciones y de muchos intereses e interesados. Cuando mejor funciona la historia es cuando se mueve entre presos, guardias y demás personajes “secundarios”, irónicamente no es cuando se centra en los dos protagonistas interpretados por Alberto Ammann y Luis Callejo. No es por ellos, sino por que es mucho más interesantes el arco del resto de protagonistas. No obstante, cabe señalar que lo de Luis Callejo como villano sin escrúpulos es dar en la diana. Da el perfil de psicópata y sociópata de película frío y calculador. También es remarcable el papel de Daniel Albaladejo como Cherokee y el de Xabier Deive como uno de los guardias más veteranos de Baruca.

Lo que más me ha decepcionado no es ni su falta de originalidad ni su descarado intento por convertirse en fenómeno de masas. Es el hecho de que peque en no darse cuenta de que más es menos. Se introducen demasiados componentes, se intenta rizar el rizo y estirar el chicle. ‘La noche más larga’ está repleta de coincidencias convenientes que hacen que la trama se alargue con giros y más giros, de los ya clásicos detalles de diversidad e inclusión de Netflix, los típicos romances de las series españolas… No es una copia pues en vez de transcurrir en una comisaría se ubica en una prisión/manicomio o en vez de localizarse en nochevieja sucede en nochebuena. Sutiles cambios que, al menos para mí, no son suficientes.


Acerca de Furanu

De origen irlandés y criado en tierras vetonas, este ingeniero curiosamente nació en Bloomsday. Pegado desde pequeño a una televisión y a cientos de páginas, ahora gasta su tiempo montándose películas y disfrutando las de otros.

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