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Reseña: ‘¡Universo! 1’


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Uno de los empleados de una empresa que acaba de poner en marcha una máquina para viajar en el tiempo es enviado millones de años atrás, antes de la creación de mundo, con una misión marketing de alto calibre: tiene que sellar cada una de las partículas de materia que se generen con el logotipo de la empresa, con el fin de patentar el universo y que a su vuelta la empresa sea dueña del mundo. Ésta es la premisa de una de las historias que componen ¡Universo!, que apareció primero online en la plataforma digital Panel Syndicate y que fue nominado a los prestigiosos premios Eisner del cómic 2017, en la categoría de mejor cómic digital.

Misiones megalómanas antes del Big Bang, viajes a planetas lejanos en busca de otras especies inteligentes, desincronizaciones temporales, androides demasiado amorosos, insectos antropomorfos… Albert Monteys, más conocido por sus viñetas de humor político y social publicadas durante años en la revista El Jueves, siempre fue un apasionado de la ciencia ficción, y en ¡Universo! da rienda suelta a sus fantasías y sus miedos para crear relatos vibrantes de color y chispeantes de asombro cósmico.

Reseña

‘¡Universo!’ es un Big Bang que te revienta la cabeza en cada uno de sus relatos

UniversoCuando uno escribe sobre la obra de alguien para una determinado grupo de personas ha de intentar ser lo más objetivo posible, pero seamos sinceros, es muy difícil serlo. Los gustos personales hacen complicado establecer esa línea entre la crítica estricta y las impresiones propias. Por otro lado nosotros no somos una web que reciba cómics de las editoriales para después poder reseñarlas ni somos un portal comprado por marcas para después brindar una opinión sesgada o sometida a un bien comercial, como dicen los creyentes «Dios nos libre de eso». Es más, todos los números que veis aquí comentados los hemos pagado de nuestro bolsillo, ‘¡Universo!’ en concreto a decir verdad lo recibí como regalo de cumpleaños. Es un cómic al que tenía muchas ganas de echarle el guante por lo que la expectativa era alta, el palo podía ser también muy fuerte si no estaba a la altura. Si os suelto todo este discurso previo es porque precisamente la obra de Albert Monteys va muy en relación con eso de no ser hipócritas y con eso de no creer en las grandes empresas, no todo es tan bonito como nos lo pintan.

Me habían hablado muy bien de este primer volumen de ‘¡Universo!’ y he de adelantar que no me ha decepcionado en su discurso. Desde el principio supone una crítica voraz al corporativismo. Es una muestra de cómo las masas pueden devorar o avasallar al individuo. Está repleto de ingeniosísimas historias. ‘¡Universo!’ Es capaz de sorprender con su originalidad. Porque al margen de la gran cantidad de puyas que arroja su autor y que podría haber aplicado en su época de El Jueves, supone una construcción de un universo de ciencia ficción totalmente nuevo, con sus reglas inéditas y su toque de humor genuino.

Es disparatado, satírico, mordaz. ¿Una empresa de muebles descubre como viajar por el tiempo y su director decide que lo mejor es viajar al momento del Big Bang a imprimir su logotipo en cada célula? Esa idea es tan loca como real, a algún avaro humano se le podría ocurrir. Sus planteamientos podrían etiquetarse tanto de majaderías como de posibles inventos y eso es a lo que llamamos ciencia ficción. En su construcción de un nuevo universo Albert Monteys realiza un recorrido casi antológico, inventa historias que nos dejan expectantes para una segunda parte, con ganas nuevos conceptos que reten a nuestra imaginación.

Monteys monta y desmonta a placer las viñetas. Estas se colocan o descolocan a favor de la narrativa de la escena que bien puede ser un mero manual de instrucciones o puede convertirse en la más truculenta escena de acción o quizá ser el más impactante espectáculo visual digno de una escena de Christopher Nolan. De ahí también su formato apaisado que le da a la obra la continuidad de una película, que para nuestra vista confiere mucha naturalidad a la hora de leer fluidamente.

Los colores que emplea son bastante vivos pero casi pastel. Una tonalidad muy rica de tintas para dar vida a este universo en el que Monteys nos muestra un avivado futuro que habla de nuestro deprimente presente. Sin necesidad de degradados digitales ni efectos tridimensionales el cómic tiene mucho volumen. Sus personajes y escenarios tienen unas figuras estilizadas muy redondeadas, pero también con algo de detalle, lo justo para remontarnos a un sabor clásico pero también para no olvidarnos que estamos ante un cómic de vanguardia.

Menos mal que he cogido el número uno más de un año después de su publicación, me va a tocar esperar menos al segundo. Habría sido una pena no haber podido tener en mis manos este volumen editado por Astiberri, es decir, que se hubiese quedado solo en formato digital, que fue el que le vio llegar a nuestro universo a través de Panel Syndicate. Esta obra que fue nominada a los premios Eisner (dentro de la categoría a mejor cómic digital) marcará la diferencia en muchas estanterías, no solo por su formato apaisado, sino también por su aguda concepción.

Ficha del cómic

Guion: Albert Monteys. Dibujo: Albert Monteys. Color: Albert Monteys.  Portada: Albert Monteys. Editorial: Astiberri. Datos técnicos: 208 págs., cartoné, color, 23.0 x 17.0 cm., Publicación: abril 2018. Precio: 18€.


Acerca de Furanu

De origen irlandés y criado en tierras vetonas, este ingeniero curiosamente nació en Bloomsday. Pegado desde pequeño a una televisión y a cientos de páginas, ahora gasta su tiempo montándose películas y disfrutando las de otros.

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