Crítica: ‘Sin piedad’

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‘Sin piedad’ presenta a través de los ojos de un joven una historia ficticia que coincide con uno de los hechos verídicos más importantes del Viejo Oeste, la persecución entre dos antiguos amigos que se convirtieron en enemigos mortales.”

El joven Rio (Jake Schur) se ve obligado a atravesar el suroeste de Estados Unidos para intentar salvar a su hermana (Leila George) de su despiadado tío (Chris Pratt). Por el camino conocerá al sheriff Pat Garrett (Ethan Hawke), que está persiguiendo a su propio enemigo: el forajido Billy el Niño (Dane DeHaan). Estas dos figuras legendarias se irán entrecruzando en la vida de Rio, envueltos en un juego del gato y el ratón que se recrudece cada vez más durante el último año de vida de Billy el Niño. Rio tendrá que elegir entre ser un forajido o un hombre honrado, y demostrará qué tipo de hombre quiere ser para salvar a su familia.

Crítica

Billy el Niño vuelve a la gran pantalla en una historia de venganza y huida

Vincent D’Onofrio, se pone tras las cámaras y he de decir que no se le da nada mal. Con ‘Sin piedad‘ nos trae una historia muy bien contada y con un reparto muy bien dirigido que nos introduce del todo en este western de venganza y odio.

La película tiene dos historias entrelazadas, la primera nos muestra a dos hermanos que deben huir de su tío para no ser asesinados por éste. La segunda, la búsqueda y captura de Billy el Niño por parte del sheriff Patt Garrett, ambas se unen al coincidir la pequeña familia con el delincuente más buscado en aquellos momentos.

El ritmo de la película va sin pausa, todo muy bien ordenado y narrado. Vas conociendo a los protagonistas, como son y cómo van evolucionando. Los personajes están muy cuidados, que es lo que hace que te creas toda la película y que no pierdas el interés por ella en ningún momento.

Dane DeHaan me ha encantado como Billy el Niño, su aparente bondad destaca ante todo, hasta que ves su verdadera cara, un mentiroso que lo único que quiere es vivir, escapar y poder seguir con su vida de delincuente, sin ataduras hacia nadie y nada. El actor le da ese toque de chico bueno capaz de hacer lo que sea para lograr su cometido.

Mientras tanto Ethan Hawke está estupendo como Pat Garrett, esa fiereza y a la vez humanidad que muestra es un trabajo muy complicado a la hora de plasmarlo en pantalla y lo consigue sin mucha dificultad, dándonos un personaje muy real, que sufre al estar persiguiendo a uno de sus antiguos amigos.

Quién más me ha impresionado ha sido Chris Pratt, siempre con sus papeles de buenazo y canalla, en esta cinta aparece poco, pero sus momentos son bastante crueles y terminas odiándolo, un cambio de registro que sin duda le vendrá muy bien en su carrera.

Leila George y Jake Schur, son los encargados de dar vida a estos hermanos que tanto sufren durante la cinta. Sus actuaciones son bastante sencillas y esto ayuda a que vayamos a la historia que realmente importa, que es Billy el Niño.

Una estupenda historia de aventuras que nos devuelve ese cine del oeste donde las huidas, los duelos y los sombreros de vaquero lucen en esos calurosos lugares de Estados Unidos llenos de polvo y muerte.

Ficha de la película

Estreno en España: 26 de abril de 2019. Título original: The Kid. Duración: 99 min. País: Estados Unidos. Dirección: Vincent D’Onofrio. Guión: Andrew Lanham. Música: Latham Gaines, Shelby Gaines. Fotografía: Matthew J. Lloyd. Reparto principal: Chris Pratt, Dane DeHaan, Ethan Hawke, Leila George, Jake Schur. Producción: Suretone Pictures, Eagle Films. Distribución: DeAplaneta. Género: Western. Web oficial: https://www.deaplaneta.com/es/sin_piedad

Crítica: ‘La pequeña Suiza’

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La película cuenta las peripecias de los habitantes de un imaginario pueblo castellano enclavado en el centro del País Vasco llamado Tellería, que desea, tras 700 años de historia, pasar a ser parte del territorio vasco. Tras la negativa del gobierno de esta última comunidad a que la localidad pase a su territorio, un curioso hallazgo en el santuario del pueblo originará que los osados habitantes de Tellería pidan su anexión, nada menos que a uno de los países más desarrollados del mundo: Suiza.

Crítica

Una pequeña parte en la que cabe destacar a los actores con «papeles más pequeños»

Tras una buena trayectoria realizando cortometrajes en la que sembró una nominación a los Goya, Kepa Sojo ha rodado su segundo largo e irónicamente haciendo un juego de palabras con los tamaños ha venido a titularse ‘La pequeña Suiza’. Escribe y dirige una comedia costumbrista que al igual que su primer largometraje viene producida por Kiko Martínez (Nadie es Perfecto Producciones Cinematográficas) quien nos ha servido buenísimos títulos recientes como ‘Perfectos desconocidos’ o ‘Errementari’.

La historia se enmarca en una ficticia villa castellana bautizada como Tellería. Es un emplazamiento que al igual que el Condado de Treviño se encuentra sumergido Álava pero que permanece administrado por Castilla y León. Un pueblo que quiere lucir la bandera del País Vasco pero en el que a algunos les gustaría seguir siendo castellanoleoneses. Ni para ti ni para mi, casualidades del destino sus habitantes se ven con la graciosa posibilidad de poder pedir la anexión a Suiza como uno de sus cantones. Cosas más raras se han visto en la vida y hemos dicho aquello de «la realidad supera a la ficción».

Planteada la película a mi no me suena mal. Leyendo su sinopsis y con la situación actual también podría parecer que aprovecha para plantear una comedia que se burle del independentismo, pero eso dista mucho de las pretensiones de ‘La pequeña Suiza’. En lugar de eso, mientras he visto ‘La pequeña Suiza’ me he acordado de aquel libro de ‘Los Simpsons’ que recopilaba leyes reales y absurdas de Estados Unidos que contemplaban casos menos disparatados que el de la Tellería de Sojo. Hay veces que las cosas se enredan tanto que se llega al absurdo. En su «locura» el filme me ha dado momentos para reírme pero no es una comedia hilarante ni constantemente graciosa. De hecho en muchos momentos peca de rozar lo ridículo. Una muestra de ello es el que todos los personajes tienen un todo de móvil diferente que no les pega ni con cola. También sucede que muchos de los gags y parte del argumento se construye con juegos de palabras fáciles. A pesar de esa simplicidad es irónico pero la película se pasa rápido a si es que tampoco se puede decir que sea mala del todo. Y juega a su favor que trata bastante a cerca de los regionalismos sin hacer de ellos el centro de atención y sin llevar a los extremos los acentos, de hecho a Maggie Civantos le va y le viene de vez en cuando.

Es una comedia en la que por mucha simpatía que podamos sentir por actores como Jon Plazaola o Maggie Civantos el humor lo aportan sobre todo secundarios interpretados por Secun de la Rosa, Enrique Villén, Kandido Uranga o Mikel Losada. Los protagonistas son los personajes de Plazaola y Civantos e incluso podemos incluir a Ingrid García-Jonsson en la ecuación. El guión les obliga sobre todo a mantener en primer plano un romance que tampoco es que tenga mucho interés y que ya parece de obligatoria introducción en este tipo de películas, no entiendo por qué. Yo desde aquí reivindico a esos secundarios que deberían estar en primera plana, por encima de nombres como el de Karra Elejalde o Antonio Resines, con respeto a estos dos actores que tan buenos momentos me han dado, que entiendo que son reclamos publicitarios que están plantados en el cartel, pero que aparecen en el filme escasos minutos y aportan poco o nada.

En un pueblo donde convivía el rueda y el txacolin los habitantes intentan demostrar que sus costumbres y paisajes montañosos son compatibles con los helvéticos. El problema es que los suizos son muy precisos, no dejan flecos y esta película tiene algunos errores como el abandonar alguna trama o dejar personajes descolgados. El zumo de manzana suizo no se mezcla del todo bien con los caldos del norte de España, en un título que se percibe que ha tenido algunas modificaciones sobre la marcha y al que le falta algo más de gracia o una pizca menos de ingenuidad.

Ficha de la película

Estreno en España: 26 de abril de 2019. Título original: La pequeña Suiza. Duración: 86 min. País: España, Portugal. Dirección: Kepa Sojo. Guion: Kepa Sojo, Sonia Pacios. Fotografía: Kenneth Oribe. Reparto principal: Maggie Civantos, Jon Plazaola, Ingrid García-Jonsson, Secun de la Rosa, Enrique Villén, Ramón Barea, Lander Otaola, Mikel Losada, Maribel Salas, Kandido Uranga, Antonio Resines, Karra Elejalde, Pepe Rapazote. Producción: Nadie es Perfecto, Kuttuna Filmak, Stopline Films, RTVE. Distribución: eOne Films. Género: comedia. Web oficial: Instagram oficial.

Crítica: ‘La importancia de llamarse Oscar Wilde’

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En la habitación de un hotel barato en París, Oscar Wilde (Rupert Everett) yace en su lecho de muerte cuando el pasado lo invade, transportándole a otros tiempos y lugares. ¿Fue alguna vez el hombre más famoso de Londres? ¿O fue el artista crucificado por una sociedad que un día lo adoró?

Ante la angustia de la muerte, Wilde repasa el intento fallido de reconciliarse con su sufrida esposa, Constance (Emily Watson), su fatal relación amorosa con Lord Alfred Douglas (Colin Morgan) y la calidez y la devoción de sus amigos Reggie Turner (Colin Firth) y Robbie Ross (Edwin Thomas), quienes intentaron salvarle de sí mismo. La importancia de llamarse Oscar Wilde es un retrato del lado oscuro de un genio que vivió́ y murió por amor en los últimos días del siglo XIX.

Crítica

Everett actúa con comedida tragedia y perspicacia

Oscar Wilde, poeta y dramaturgo nacido en el Dublín que por el siglo XIX pertenecía a Inglaterra y que hoy en día tanto para los ingleses como para los irlandeses representa uno de los exponentes máximos de su literatura. Su figura no necesita presentación, su vida privada quizá si necesite algo más de luz para aquellos que no se han acercado con curiosidad a tan póstumamente laureado escritor. Rupert Everett no solo se ha enfundado la piel del autor si no también la función de director y escritor en ‘La importancia de llamarse Oscar Wilde’. El actor conocido por películas como ‘Stardust’, ‘La boda de mi mejor amigo’ o ‘Crónica de una muerte anunciada’ se encuentra ante su primera película a los mandos y tras haber trabajado en más de 70 títulos como intérprete, se nota que atento ha estado y algo ha aprendido.

Como hilo central está la narración de uno de sus famosos cuentos, ‘El príncipe feliz’. Historia que representa el título original de la película y que se emplea para que el propio Wilde sea metáfora de ese tesoro desaprovechado por la humanidad del que habla su cuento, esa joya a rescatar de entre tanta injusticia. Así nos lo hace ver el guión de Everett que se centra mucho en el apaleamiento social que sufrió el escritor por ser acusado de homosexual y libertino. Se enmarca en la época final de la vida del autor, una etapa en la que estaba desacreditado tras salir de la cárcel y en la que vivía arruinado, desterrado, moviéndose casi de incógnito con sus amigos y amantes.

Partimos de que el parecido físico entre Wilde y Everett caracterizado es medianamente aceptable. Con una celebridad como el poeta habría sido muy fácil haber caído en el histrión pero Everett actúa con comedida tragedia y perspicacia. Capta al cínico poeta. De hecho un día Wilde dijo «un cínico es un hombre que conoce el precio de todo y no da valor a nada». Pues el personaje de Everett da a entender que sabe perfectamente el significado de esa frase, por lo que podemos suponer, entre otras cosas, que su esencia está bien vislumbrada.

A parte del enfoque del personaje otra cosa que se ha escogido correctamente y es el diseño de producción. La ambientación de los escenarios está muy bien configurada. La lúgubre Londres, los diferentes y sombríos bares ingleses y franceses que frecuentaba, la sucia cárcel en la que fue encerrado, el luminoso hogar que compartió con su amante, la triste habitación en la que murió… Todo ello nos transporta a una época de lámparas de gas y carruajes en la que solo había espacio para el color si eras adorado.

Como contrapeso en la balanza tenemos que el filme es muy poco emotivo. A pesar de que el Wilde de Everett es muy carismático no consigue transmitirnos la misma sensibilidad de sus obras. La película en su conjunto no sirve para emocionarnos de tal manera que suframos con su calvario, rupturas o muerte. Tampoco para rememorar los sentimientos surgidos al leer su obra. De hecho ni siquiera sirve para ilustrar la gestación de sus escritos. Como decía al principio es un buen título para quienes no tengan conocimiento de cuales eran sus gustos personales, sirve a título informativo, pero no emotivo.

Hay personas que parecen nacer para ser personajes. La historia ha hecho que con el tiempo Oscar Wilde sea considerado alguien con carácter de novela. Acierta el guión de ‘La importancia de llamarse Oscar Wilde’ pues lejos de mitificarle consigue mantener más viva a la celebridad pero dejando claro que fue también persona terrenal, que por otro lado nunca sabremos exactamente cómo fue.

Ficha de la película

Estreno en España: 26 de abril de 2019. Título original: The happy prince. Duración: 105 min. País: Reino Unido, Alemania, Bélgica, Italia. Dirección: Rupert Everett. Guion: Rupert Everett. Música: Gabriel Yared. Fotografía: John Conroy. Reparto principal: Rupert Everett, Colin Firth, Colin Morgan, Edwin Thomas, Emily Watson, Tom Wilkinson. Producción: Cine Plus Filmproduktion, Robert Fox Limited, BBC Films, Entre Chien et Loup, Raindog Films, Palomar S.p.a, Maze Pictures, Daryl Prince Productions, Centre du Cinéma et de l’Audiovisuel de la Fédération Wallonie-Bruxelles. Distribución: Alfa Pictures. Género: biográfico, drama. Web oficial: https://alfapictures.com/sp/amy_movie/la-importancia-de-llamarse-oscar-wilde/

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